jueves, 5 de junio de 2014

Reflexión final

Hace 4 meses, ni más ni menos, comenzaban las clases del segundo cuatrimestre, llegaba un profesor un poco loco que decía que ya estábamos todos aprobados en sus tres asignaturas, todos nos quedamos asombrados, ¿cómo puede pasar eso en la universidad? Decían que nuestra carrera era fácil pero no esperábamos que nos lo pusieran tan fácil. Esto trajo un poco de confusión, al menos personalmente hablando, ¿qué nota tendríamos?,¿como pondría la nota?, preguntas que hemos ido sabiendo con la marcha de las clases. Parándome a pensar, me doy cuenta de que no soy el mismo de aquel mes de febrero, ahora me siento un poco más maduro, más crítico, más reflexivo... Todo mi pensamiento ha cambiado en estos cuatro meses, me he dado cuenta que los exámenes no son útiles como creía, me he dado cuenta cómo tiene que ser el aprendizaje, entre otras cosas bien aprendidas, me he dado cuenta también que no hay que tener apuntes o exámenes para poder aprender. Me siento un poco impotente al no haber sido capaz de transmitir todo lo que podía compartir con mi profesor y mis compañeros. No he tenido toda la motivación que esperaba y necesitaba pero eso no quita a que halla sido un buen tiempo y halla aprendido mucho con mi profesor y los compañeros que me han rodeado.